El
agua dulce es el bien más preciado para la vida en nuestro planeta. Es
fundamental para satisfacer las necesidades humanas básicas, la salud, la
producción de alimentos, la energía y el mantenimiento de los ecosistemas
regionales y mundiales. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA,
2003),
el 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua, pero sólo una fracción
el 2,5% es agua dulce, de la cual el 70% se encuentra congelada en los
casquetes polares. El resto está presente en la humedad del suelo. Esto hace
que menos del 1% de los recursos mundiales de agua dulce sea accesible para el
consumo humano.
Según lo
estipulado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA, 2003), se calculo que en el mundo en
desarrollo el 80% de las enfermedades se debe al consumo de agua no potable y a
las malas condiciones sanitarias.
En los países en desarrollo, se suministra hasta un 90% de aguas
residuales sin tratamiento.
Se ha comprobado que los servicios
deficientes de agua y saneamiento, son la causa directa del deterioro de las
condiciones de salud, así como causa importante de enfermedades originadas en
el medio ambiente. El impacto de la falta de agua segura, se traduce en que
casi la mitad de los habitantes de los países en desarrollo sufren enfermedades
que están causadas, directa o
indirectamente, por el consumo de agua o de alimentos contaminados, o por
organismos patógenos que se desarrollan en el agua (OMS 2003).
Hoy en día hay 7.000 millones de personas que
alimentar en el planeta y se prevé que habrá otros 2.000 millones para el año
2050.
Pueden leer mas en : DERECHO AL AGUA POTABLE
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